La dacrioadenitis es una inflamación de la glándula lagrimal que afecta principalmente a niños y adultos jóvenes. Se caracteriza por dolor, enrojecimiento y hinchazón del párpado superior. La afección puede ser unilateral y generalmente se acompaña de fiebre y linfadenopatía preauricular. Diversas causas pueden llevar a la dacrioadenitis, incluyendo etiologías infecciosas (víricas y bacterianas) y no infecciosas inflamatorias.
Investigaciones recientes sugieren que el SARS-CoV-2, el virus responsable del COVID-19, podría tener implicaciones en la dacrioadenitis. Estudios han mostrado un mayor riesgo de desarrollar enfermedades autoinmunes en personas infectadas con SARS-CoV-2. En un estudio retrospectivo de casos y controles, los investigadores encontraron inmunorreactividad para la proteína de la nucleocápside de SARS-CoV-2 y una fuerte expresión de la enzima convertidora de angiotensina-2 (ACE2) en la glándula lagrimal de un paciente con dacrioadenitis idiopática y la infección por SARS-CoV-2.
También se han asociado casos de dacrioadenitis idiopática con infecciones recientes por SARS-CoV-2 y la vacunación contra el COVID-19. Un caso reportado involucró a un niño de 14 años que desarrolló dacrioadenitis unilateral poco después de recibir una vacuna contra el COVID-19. La relación exacta entre la infección por SARS-CoV-2, la vacunación y el desarrollo de dacrioadenitis aún se desconoce y requiere una investigación adicional.
Para diagnosticar la dacrioadenitis, es necesario realizar un examen oftálmico completo, junto con estudios de imágenes como tomografías computarizadas o resonancias magnéticas. Las evaluaciones de laboratorio, incluyendo pruebas de sangre y pruebas de antígenos/anticuerpos para SARS-CoV-2, pueden proporcionar información valiosa. En casos donde hay compromiso sistémico o resistencia al tratamiento, puede ser necesario realizar una biopsia de la glándula lagrimal para identificar la causa subyacente.
El tratamiento para la dacrioadenitis depende de la etiología sospechada. Se recomienda terapia antibiótica empírica cuando la causa no está clara. Las etiologías víricas generalmente requieren cuidados de apoyo, mientras que los casos no infecciosos inflamatorios suelen responder bien a los corticosteroides orales. En algunos casos, puede ser necesario un tratamiento con radioterapia o terapia inmunomoduladora sistémica.
En conclusión, las implicaciones de la infección por SARS-CoV-2 en la dacrioadenitis aún se están explorando. El virus se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades autoinmunes, incluyendo la dacrioadenitis idiopática. Se necesita más investigación para determinar la relación exacta entre SARS-CoV-2 y el desarrollo de dacrioadenitis, así como el impacto de la vacunación contra el COVID-19 en esta condición.
Fuentes:
– «Revisión de la dacrioadenitis» – EyeRounds.org
– Kase et al. (2021), Hong Kong. «Mayor riesgo de enfermedad autoinmune después de la infección por SARS-CoV-2» – JAMA Network Open
– Murphy et al. (2021), Reino Unido. «Dacrioadenitis después de la vacunación contra el COVID-19» – BMJ Case Reports