La enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA) es una enfermedad crónica del hígado prevalente que carece de terapia farmacológica y recomendaciones dietéticas específicas. En una revisión reciente publicada en la revista Nutrients, investigadores exploraron los datos existentes sobre patrones dietéticos, alimentos y nutrientes que pueden ayudar a mejorar la EHGNA y sus graves consecuencias para la salud.
La revisión se centró en diversos enfoques dietéticos para controlar la EHGNA. Entre las dietas discutidas, la Dieta Mediterránea (DM) destacó como una opción prometedora. La DM es una dieta basada en plantas, rica en ácidos grasos monoinsaturados (AGMI) y baja en consumo de carne roja. La investigación ha demostrado que las personas que siguen una dieta occidental alta en grasas tienen más probabilidades de desarrollar y empeorar la EHGNA, mientras que la DM se ha asociado con una mejor salud hepática y un menor riesgo de EHGNA.
Otros factores dietéticos que se encontró que afectan a la EHGNA incluyen el consumo de carbohidratos, específicamente carbohidratos refinados y azúcares. Consumir altas cantidades de fructosa, especialmente en forma de alimentos procesados y bebidas azucaradas, se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar esteatosis y esteatohepatitis no alcohólica (EHNA), especialmente en personas con sobrepeso y obesidad.
También se identificaron deficiencias nutricionales, como la betaína, colina, folato y vitamina B12, como factores que pueden promover la EHGNA. Por otro lado, consumir nueces, semillas, mariscos y dietas ricas en fibra ha demostrado reducir significativamente el riesgo de desarrollar EHGNA en hombres.
Además de componentes dietéticos específicos, se destacó la composición de la microbiota intestinal como un posible factor influyente en la EHGNA. Se encontró que las dietas ricas en fibra, granos integrales y legumbres afectan la microbiota intestinal, lo que a su vez puede afectar el desarrollo de la EHGNA. Además, se asoció el consumo de productos lácteos que contienen cepas probióticas específicas con un menor riesgo de EHGNA debido a su capacidad para reducir el peso y la masa grasa.
Los micronutrientes como el zinc, cobre, hierro, selenio y las vitaminas A, C, D y E también se implicaron en la EHGNA. Se encontró que estos nutrientes tienen propiedades antioxidantes, antifibróticas, inmunomoduladoras y lipoprotectoras.
Según los hallazgos de la revisión, adoptar una dieta al estilo mediterráneo, junto con ejercicio regular, consumo limitado de azúcar y una ingesta adecuada de fibra y café, puede ayudar a controlar la EHGNA. Sin embargo, se necesita más investigación para comprender completamente los mecanismos y los posibles beneficios de estos enfoques dietéticos.
En general, estos hallazgos brindan información valiosa sobre el papel potencial de los patrones dietéticos, alimentos y nutrientes en la mejoría de la EHGNA, brindando esperanza a las personas que sufren esta prevalente enfermedad hepática.
Fuentes:
– (Estudio de la revista Nutrients)