Un reciente estudio publicado en la prestigiosa revista Nature Journal’s Science Advances revela que las características de diseño de Facebook dificultan su capacidad para controlar la desinformación relacionada con las vacunas COVID-19. La investigación realizada por la Universidad George Washington (GW) en Washington, D.C. encontró que las políticas de Facebook por sí solas eran ineficaces para combatir la desinformación sobre vacunas debido a las características de diseño central de la plataforma.
El estudio titulado «La eficacia de las políticas y arquitectura de desinformación sobre vacunas de Facebook durante la pandemia de COVID-19» enfatizó el peligro de la desinformación en línea, que promueve la desconfianza en la ciencia y socava la salud pública. Según el profesor David Broniatowski, experto en gestión de ingeniería e ingeniería de sistemas en GW, abordar la desinformación requiere mirar más allá de los algoritmos y la moderación del contenido para incluir el diseño y la arquitectura de la plataforma.
El diseño de Facebook se centra en la construcción de comunidades en torno a intereses compartidos, utilizando características arquitectónicas como las páginas de seguidores e influencers para llegar a grandes audiencias. Estos influencers pueden formar grupos diseñados para compartir información, incluyendo desinformación encontrada fuera de la plataforma. La investigación encontró que los esfuerzos por eliminar el contenido antivacunas no disminuyeron el compromiso general con dicho contenido y, en algunos casos, incluso llevaron a un aumento. Esta evidencia destaca la dificultad que enfrenta la sociedad para eliminar la desinformación sobre salud de los espacios públicos.
El estudio también descubrió que el contenido antivacunas restante en Facebook se volvió más desinformativo, con afirmaciones falsas sobre los efectos secundarios de las vacunas que a menudo eran demasiado nuevas para ser verificadas en tiempo real. Además, es posible que el contenido a favor de las vacunas haya sido eliminado inadvertidamente como resultado de las políticas de Facebook. El contenido relacionado con las vacunas también se volvió más polarizado políticamente.
Incluso cuando Facebook ajustó sus algoritmos y eliminó contenido y cuentas, la arquitectura de la plataforma resistió estos esfuerzos. Según Broniatowski, la arquitectura de Facebook permite que las personas motivadas construyan fácilmente comunidades e intercambien información, lo que dificulta encontrar un equilibrio entre los comportamientos de los usuarios y las preocupaciones de salud pública. El estudio sugiere que las plataformas de redes sociales deberían colaborar para desarrollar un conjunto de «códigos de construcción» basados en evidencia científica para reducir los daños en línea.
Este estudio es la primera evaluación científica de la eficacia del intento de la plataforma de redes sociales más grande del mundo para combatir la desinformación sobre las vacunas COVID-19.
Fuentes: GW Today